martes, 9 de octubre de 2012

CASA EN UN CAMPO DE OLIVOS

Un paisaje natural con una vista privilegiada en todas direcciones en el que un camino, respetuoso y suficiente, nos conduce a un campo de 167 olivos. El proyecto surge del compromiso entre la voluntad de formar parte del paisaje y el deseo de atraparlo. Así presenta Fran Silvestre su proyecto en Valencia.
La propuesta se sitúa en la parte alta del campo, proporcionando una lectura dinámica que transforma sus proporciones cuando se circula alrededor. La implantación acota tres ámbitos diferentes: el acceso a modo de pórtico, la atmósfera privada de la zona orientada a la pinada y un belvedere sobre la copa de los olivos.
Se aumenta la relación con el exterior maximizando el perímetro de contacto, lo cual facilitará que el viento disminuya el calor del verano.
La geometría de la planta potencia visiones tangenciales del exterior que junto al efecto de succión generado por la curvatura disipa los límites del interior de la vivienda, la cual parece que siempre tiene algo más que mostrar; al mismo tiempo, la proporción humana de los espacios crea la sensación de intimidad y protección.
En la planta alta cada una de las zonas de noche encuadra una visión diferente del paisaje. La habitación principal controla el único acceso. El distribuidor, orientado a sur, actúa como muro trombe e invita a un recorrido del que solo se ve el supuesto final (o el principio) al llegar al atrio de la escalera iluminado por la luz del este.
En la planta baja se encuentran las zonas de día; la escalera y las piezas húmedas se adosan al muro dejando libre el máximo espacio posible donde los usos se distribuirán según las apetencias, las estaciones, las circunstancias.
La casa toma el campo con la naturalidad que un fruto pende de su árbol. El trazo curvo se ubicará entre los olivos para resolver las funciones de una casa convencional. Un gesto adecuado y curioso que con una dimensión suficiente acomoda las estancias como si nada nuevo hubiese ocurrido en el paisaje, tan solo una presencia blanca de muros amables.
 
Silla Alis
Se trata casi de la silla más sencilla y coherente que se puede fabricar de un modo simple y efectivo.
La memoria indica: Un elemento de mobiliario que se configura con una sola pieza a partir de aluminio laminado servido por la industria, al que se realizan cinco cortes y posteriormente se pliega.
Una fabricación económica, puesto que necesita poca manipulación, a diferencia de otros diseños con ensamblajes complejos.

También lo es su proceso de reciclado, ya que no necesita desmontarse; este carácter unitario le confiere un valor en si misma como 'lingote' de aluminio. Permite producirla y tener un stock con un almacenamiento sencillo antes del plegado.
Una ergonomía que atiende a los aspectos funcionales de la silla, su comodidad, la posibilidad de apilarse, de integrarse tanto en un espacio de trabajo como en un ámbito doméstico, de usarse en el interior y el exterior...
 
Fran Silvestre comenta en su web: El enfoque del proyecto surge de un doble compromiso: la voluntad de dar una respuesta técnica a un contexto concreto (programa de necesidades, presupuesto, normativa, entorno…) y el deseo de buscar la belleza a través de la obra construida. Este proceso persigue la satisfacción, entendida en su sentido más completo, de todos los que participan activamente en el desarrollo. En especial de clientes y usuarios, pero también de colaboradores, constructores y proyectistas.
 
Nos interesa la continuidad. La continuidad con un entorno que debemos respetar y en ocasiones intentar trascender, la continuidad espacial, el uso de pocos materiales, la integración de las instalaciones, de la iluminación… Son factores comunes en los trabajos del estudio. Y también la búsqueda de la continuidad en el tiempo, valorando la arquitectura que es capaz de atravesarlo sin quedar obsoleta.
 
La precisión es una de las claves del sistema de trabajo. Exige una actividad concentrada y atenta durante todo el proceso, que va desde la idea inicial, pasando por la redacción del proyecto, hasta su materialización.
 
Fran Silvestre es subdirector de la Escuela de Arquitectura de valencia y profesor de Proyectos Arquitectónicos y ha construido varias casas de factura conceptual y constructiva exquisita.
 
 

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