martes, 24 de diciembre de 2013

BURJ DOHA, JEAN NOUVEL

Jean Nouvel ha diseñado una impresionante adición a la línea del horizonte de la ciudad del golfo Doha, capital de Qatar. 
A su manera, el arquitecto francés creó el Burj Doha tan audaz y elaborado con la icónica forma cilíndrica compacta, una continuación de lo que comenzó con la Torre Agbar de Barcelona, de modo que ambas culminan con una elegante cúpula, y en el caso de Doha además una aguja pararrayos. 
La torre se completó el año pasado e incluye 49 pisos sobre el suelo. La gran altura tiene como objetivo expresar la cultura local, la conexión de las aspiraciones contemporáneas con los antiguos diseños islámicos.
La característica más singular de la estructura es el revestimiento en celosía, diseñada como una referencia a las pantallas de celosías geométricas que son comunes en la zona árabe históricamente, por lo que la solución consiste en una delicada fachada en capas de piezas metálicas en doble triángulo compuestas de modo que generan figuras geométricas octogonales.
Esta pantalla decorativa alrededor de todo el edificio tiene doble función: actúa como protección contra el intenso sol del verano y protege el acristalamiento de los fuertes vientos que traen las arenas del desierto a la ciudad. Esta característica aporta un ambiente de trabajo agradable para los ocupantes del complejo y así se crea una red lúdica con los trazados de las sombras en el interior.
La separación entre las ventanas y el revestimiento proporciona una estrecha pasarela en cada piso, lo que permite el mantenimiento de la estructura y generar también espacio para la instalación de la iluminación del edificio. El patrón de iluminación cambia de oro a plata y el Burj Doha activa dinámicamente la imagen de la costa donde se inserta.
El diseño representa el éxito del empleo de la estructura de hormigón armado. El hormigón armado interno conforma una morfología de X, cruces que luego se conectan con la fachada cilíndrica. Resulta llamativo que el impresionante edificio deja un mayor espacio interno dentro del núcleo para sus usuarios.
 La torre se corona con un pararrayos a 231,5 metros sobre el suelo; situada en la carretera de la cornisa en el centro de la ciudad con vistas a las aguas del golfo -una extensión de azul que se puede ver a través de la circunferencia de una cúpula que corona la perfección del redondeado rascacielos-.
Tiene un área total de 110.000 metros cuadrados.
Una delicada estructura, como acostumbra Jean Nouvel, con un sofisticado sistema de celosía exterior inspirado en los modelos de decoración árabes recordando los fabulosos paneles de diafragmas del Instituto del Mundo Árabe de París de hace 26 años. 
El patrón de Doha es una ingeniosa articulación de palomillas formadas por dos triángulos unidos por el vértice en varios tamaños para conformar un geométrico fractal estructural. Precioso edificio sin duda.